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Liberamos 21 aves rapaces después de un año y medio de rehabilitación en La Unión

Ocho búhos de montaña, dos búhos de cuernos, ocho gavilanes cafés y tres gavilanes grises volvieron a su hábitat natural luego de permanecer un año y medio en rehabilitación en nuestro Centro Cuarentenario La Cañada, en La Unión. Estas aves llegaron al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) en el año 2019, unas procedentes de decomisos y otras entregadas por personas particulares. Todas habían estado en cautiverio.

Este grupo de aves, al igual que muchas más que permanecen en La Cañada, cuentan con espacios acondicionados en recintos que garantizan su comodidad y donde los animales reciben atención de médicos y asistentes veterinarios que dan seguimiento a los tratamientos médicos y a los procesos de rehabilitación.

Nuestro equipo de atención para estas especies también incluye personal técnico y guardarrecursos, quienes estimulan el fortalecimiento de los músculos de sus alas y cuello con vuelos de entrenamiento y el aprendizaje para desarrollar conductas propias de su especie.

Otro detalle en el proceso de rehabilitación es la alimentación. Primero se les proporciona de manera asistida y, luego, se pasa a estimular la caza con presas que podrían encontrar en su hábitat natural.

El largo tiempo también permite que muden las plumas, que por lo general las traen recortadas.

Sus recintos fueron ambientados con ramas de diversas formas y tamaños; cada mes las cambiaron por otras y fueron colocadas en diferentes posiciones, esto para que no se acostumbraran a un sólo tipo de ambiente y exploran nuevas formas de escalar y volar entre ellas.

Después de una evaluación conjunta con el equipo técnico, se determina el momento y lugar de la liberación, que se realiza en un área natural protegida.

Los búhos son animales nocturnos, su plumaje está especialmente modificado para no hacer ruido al momento cazar, e incluso las plumas de la cabeza están acondicionadas para poder captar mejor los sonidos. Su máxima altura de vuelo llega hasta los 2,000 metros sobre el nivel del mar y sus recorridos son cortos.

Los gavilanes son aves rapaces diurnas, son comunes en casi todos los bosques, e incluso ya se han adaptado a las ciudades. Su máxima altura de vuelo llega hasta los 1,500 metros sobre el nivel del mar y sus recorridos pueden alcanzar largas distancias.

Estas aves no pueden ni deben estar en cautiverio. El encierro provoca en ellas pérdida de músculos en las alas, además de estrés, depresión y debilidad. El estar enjauladas podría ocasionar, a veces, trastornos en el comportamiento y volverse agresivas y peligrosas para los seres humanos, al igual que otras especies.

Las aves rapaces incluyen búhos, lechuzas, gavilanes y halcones, contienen especies diurnas y nocturnas, cuya característica principal es ser depredadores de otros animales. Estas aves contribuyen al control de especies y en el mantenimiento del equilibrio ambiental en los ecosistemas.

En el país se conoce la presencia de 53 especies, 13 de ellas son nocturnas (búhos, tecolotes, lechuzas), mientras que 40 son diurnas (halcones, gavilanes, milanos). Habitan todos los ecosistemas del país. 17 especies son migratorias o transeúntes, mientras que las restantes 36 son residentes.

Desde el MARN hacemos un llamado a la población para abstenerse de vender, comprar y tener de forma ilegal animales silvestres.

La Ley de Conservación de Vida Silvestre en su artículo 27 califica como infracción grave poseer especies de la vida silvestre en peligro o amenazadas de extinción, extraídas de su hábitat original y sin el permiso correspondiente. De acuerdo con la Ley la única entidad facultada para extender los permisos de tenencia de vida silvestre es el MARN.